Tuesday, May 07, 2013

MANOS A LA OBRA, POR UN RIVER MEJOR

Fútbol 
Torneo Final 2013- Editorial
MANOS A LA OBRA, POR UN RIVER MEJOR
El empate con sabor a derrota cosechado ante Boca el domingo pasado en La Bombonera, más otras incidencias provocaron otra fuerte bataola de declaraciones que no suman. El fuego cruzado desató otro incendio y así, es muy difícil mirar hacia adelante. En el medio, la gente. 

Es imposible no echar un vistazo a las declaraciones, tanto de un lado como del otro. De los que dejaron una huella en el club, hasta de los que aun sabiendo que tienen mejores y más productivas responsabilidades, no hicieron más que tirar fósforos al bosque para que el siniestro sea más complicado de apaciguar. En el momento en que River necesita menos palabras -cada vez menos- y más acción, aparecen más palabras y en el medio como siempre, quedan los hinchas del Millonario, varados en el medio de una batalla de ídolos sin sentido que los hace dividirse entre aquellos que tuvieron la posibilidad de vivir las mejores épocas de la camiseta y hoy atraviesan este presente, con los que se intentan confrontar con la realidad actual tratando de sacar pecho ante propios y ajenos luego del duro golpe que recibieron con el descenso a la B Nacional y su posterior ascenso. La gente se ve duramente enfrentada en debates y las inevitables redes sociales.

Es momento de poner manos a la obra, y si bien está perfecto que Ramón Díaz cumpla con su rol de lider del equipo y le haga llegar sus mensajes a los hinchas por intermedio de la conferencia de prensa, no sumó para nada la bolsita con chupetines para chicanear a un rival que, con muy poco casi se lleva un Superclásico histórico en un momento pésimo de sus 108 años de vida. Además, River  llegaba a este trascendental partido luego de caer ante Estudiantes de Caseros por la Copa Argentina y de igualar 1 a 1 ante Quilmes en un duelo trascendental en la lucha por el título. ¿Es momento para regalar chupetines o de ponerse a trabajar pensando en que el equipo está tercero en el certamen local y segundo en la tabla clasificatoria a la Copa Sudamericana?; ¿es momento de analizar a este Boca incompatible con su historia, o de rever por qué no se le ganó a este Xeneize que contrasta de manera increíble con aquellos que se pudo ver? y por último... ¿De donde surgió la necesidad de comparar las actitudes de Ramón Díaz frente a la platea local cuando se puede comparar a este River confuso, con aquél que le hizo tres goles a Tigre en cinco minutos?. 

Me mudo por un momento del barrio porteño de Núñez y me acerco hasta la cancha de Banfield, donde trabaja actualmente Matías Jesús Almeyda que una vez más, hizo estallar su imaginación con un futuro descenso de River por segunda vez a la segunda categoría y asumiendo un protagonismo que si bien es cierto que lo tuvo al hacer regresar al equipo con el buzo de entrenador, cuestionado por cierto, pero dejando todo lo que había que dejar en la cancha para que el Millonario regresara al lugar que nunca debió abandonar. 

Regreso nuevamente a la Capital Federal y me encuentro con las declaraciones de quien fue para mucha gente que conozco y sin dudas fue así, el más grande entre los grandes que llevaron la casaca número 10 sobre sus espaldas riverplatenses: Norberto Osvaldo Alonso, quien se colocó en una postura de defensa hacia el actual entrenador Millonario y su reacción frente al folclore de los hinchas locales y la siempre pícara devolución del riojano. Ahora bien, la pregunta que me hago es la siguiente: ¿Se le puede poner un punto final a esto de quien quiere más a la camiseta de River, que hubiese hecho uno en la situación del otro?. 

El único perjudicado con esta situación, es el hincha que trabaja los siete días de la semana para poder ver a un equipo cuya paranoia hace ilusionar a todos con una reacción importante en Mendoza ganándole a Godoy Cruz por 2 a 1, pero luego empata de local, pierde en cancha neutral por la Copa Argentina y no le gana -o lo que quizá es peor- no juega mejor que uno de los peores equipos de Boca-. Pero, que por gracia divina de un fútbol argentino totalmente paranoico está tercero en la tabla de posiciones y todavía con serias chances de pelear el título hasta el final, pero que más allá de todo sigue en deuda con el juego y salvo excepciones, no solo desde lo colectivo, sino desde lo individual, con futbolistas que durante el verano han demostrado otras actitudes más positivas. 



Para finalizar. Es sano hacer un llamado a la unidad en River. Porque todavía recuerdo cuando las internas en las tribunas Millonarias se hacían interminables, todo el Mundo River pedía a gritos por todos los medios que haya paz para que River funcione con esta herramienta tan fundamental como el juego mismo y ahora, esos distintos referentes de diferentes épocas no colaboran para lograr esa tranquilidad que se necesita para seguir adelante y de a poco recuperar ese prestigio que se perdió en ese domingo 26 de junio de 2011. Los referentes, los ídolos o simbolos -como prefieran llamarlos- saben y pueden lograr una unidad, primero entre ellos y luego ante la gente, que lo necesita como agua en el desierto. No sirve de nada el bombardeo interno, porque como dice el Martín Fierro: ''Si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera''. Cada uno de ellos han aportado muchísimo para que River sea lo que es hoy a nivel mundial y por ende más preguntas me surgen y no puedo dejar de compartirlas con ustedes, los hinchas de River y todo el Mundo River:

-¿Acaso queda alguna duda de quién le dio ese pase de potrero a Antonio Alzamendi el 14 de junio de 1986 para que River de la vuelta al mundo?. ¿Queda algún mal recuerdo de aquella histórica tarde del 7 de abril de 1986 cuando el zurdito de Haedo le hizo dos goles al Loco Gatti -uno de ellos con una pelota naranja y enmudeció a La Bombonera? Entre tantas otras proezas. Si queda alguna duda, fue Norberto Osvaldo Alonso quien marcó estos hitos en las páginas doradas de River Plate entre tantos otros que no alcanzarían las líneas para poder contarlas a todas.  

-¿Hay dudas sobre ese chico que siendo muy jóven, se hizo cargo de la mitad de la cancha millonaria y ganó varios torneos locales, la Copa Libertadores 1996, convirtiéndole un golazo clave a la Universidad De Chile y dándole un precioso pase en profundo a Ariel Ortega, para que el jujeño mande el centro y Hernán Crespo le de a River su segundo trofeo continental?. ¿Hay dudas de que él fue el director técnico que se hizo cargo de un equipo golpeado por un descenso tan doloroso, y que en un año lo devolvió a la máxima categoría para seguir escribiendo historia? 

-¿Existen dudas sobre ese rápido y eficaz goleador que fue Ramón Ángel Díaz, artillero como pocos que supo cansarse de hacerle goles a Hugo Gatti, en el Monumental o La Bombonera, que recorrió en varias oportunidades el césped de River para dar vueltas olímpicas como jugador y cómo entrenador ser el primer artífice de un equipo de hombres que consiguió la Copa Libertadores 96 y Supercopa 97?. 

-Como así también, supongo que nadie pondrá en duda lo que fue Enzo Francescoli dentro de una cancha de fútbol y fuera de ella lo que es también. Un ícono para todo el pueblo riverplatense que también supo ganarse en base a mucho esfuerzo el corazón de todos los hinchas.

Evidentemente yo no lo creo. No me atrevo a pensar en que a alguien le queden dudas sobre estas historias vivientes de los más de 111 años de vida de nuestra institución. Por eso me pregunto. ¿Tan difícil es hacer silencio, tan difícil es no recordar los errores permanentemente, y comenzar a resaltar las virtudes que cada uno tuvo en el rol que asumió en sus diferentes épocas? Que de hecho, son las que de manera fidedigna hicieron y hacen grande a River Plate. 

                                                                  


Basta de fuego de fuego cruzado. Frenemos con este constante bombardeo, hagamos silencio y dejemos trabajar a este cuerpo técnico, que, tal como tiene sus virtudes, también tiene sus errores como los tiene todo ser humano en el transcurso de su vida y seguramente lo tengo yo al escribir estas líneas. Lo que quiero hacer, es apuntar a la unidad, River la necesita, los hinchas la precisan, para volver a ver a la camiseta de River en los puestos más altos, en los escenarios continentales que nunca debió abandonar y coronándose de gloria como lo hizo desde sus inicios allá por mayo de 1901. Si los referentes, Enzo Francescoli, Matías Almeyda, Ramón Díaz y Norberto Alonso pueden hacerlo y dar el ejemplo, entre ellos pueden dejarle un buen mensaje a la gente. Por un River mejor. 

Blanco, Roberto Adan
Periodista- Blogger 
Twitter: @roberadan
e-mail: robertoadan.blanco@gmail.com 
Periodista. Coberturas de Divisiones Inferiores, Reserva y Deportes para www.primeroriver.com   

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