Monday, October 29, 2012

ESPERAS QUE DESESPERAN

Fútbol 
Torneo Inicial
ESPERAS QUE DESESPERAN
River se dejó estar y se le escapó un increíble clásico ante Boca en el completo Monumental. Fue 2 a 2 en la agonía del partido. El Millonario ganaba 2-0 pero en los últimos quince minutos el equipo visitante logró el empate porque aprovechó los errores infantiles de un equipo que todo lo espera, y eso desespera. 

DECISIONES: LOS PENSAMIENTOS DE DANIEL PASSARELLA Y MATÍAS ALMEYDA NO CONSTRUYEN. SE LES AGRADECE A LOS DOS LO QUE CADA UNO HIZO POR RIVER TANTO COMO JUGADORES Y DIRECTOR TÉCNICO RESPECTIVAMENTE, PERO ES EL MOMENTO DE QUE PIENSEN EN CERRAR SU CICLO DE LA MEJOR MANERA POSIBLE. 

El Millonario está sumergido en una espera constante de algo, que parece lejano, no se si abstracto, pero si partido a partido parece cada vez más lejano. Una vez más los errores volvieron a hacerse presentes acompañados de innecesarios nervios cuando todo estaba dado desde el lado riverplatense para que fuese una verdadera fiesta. 

Es cierto que se encontró con un gol que nadie esperaba, porque ni siquiera Leonardo Ponzio esperaba que nadie desviara su remate tanto a favor como en contra y Agustín Orión no llegase al remate. 1-0 arriba y ahora... ¿empezamos a atacar?. Se debería seguir atacando, teniendo la pelota, transportándola como a todo futbolista le enseñaron para que lo pueda llevar a cabo cuando llegase a ser profesional y poder darle una alegría a más de 50.000 personas que colmaron el Estadio Monumental. Pero no, la inmadurez de un técnico pasivo, que solo se dedica a esperar las buenas acciones de las individualidades disfrazadas de conjunto y se traduce de esta manera ''en pelotazos en búsqueda de un Mesías que lastime a la defensa rival'' que por cierto, es una de las peores de los últimos quince años y esto, dicho por los mismos hinchas seguidores y conocedores de Boca, no por mi. 

Nobleza obliga. Por momentos el equipo llegó a causar un sensación estremecedora cuando eran varios los jugadores que iban a trabar y frenar los avances Xeneizes en una misma jugada y parecía que estaba todo controlado. 

Ahora bien: ¿era necesario dejarlos que circulen tanto tiempo con la pelota, era necesario que los dejaran llegar hasta el área para mandar sus respectivos centros, en el segundo gol, era necesario dejarlo circular tanto tiempo con la pelota hasta llegar al centro que terminó con la definición de Walter Erviti?. 

La última que tiene que tiene trascendencia a favor de la visita: ¿Por qué se le comete falta a un delantero que está intentando rearmar su jugada, lejos del arco y encima saliendo del área grande? Definitivamente, son preguntas cuyas respuestas solo las tienen los mismos protagonistas y que jamás irán al descubierto, porque todas las frases ya están hechas. 

El cuerpo técnico de River encabezado por Matías Almeyda, ¿no dio indicaciones de como salir a resguardar el 2 a 0 cuando el partido tendría que haber estado cerrado bajo siete llaves? ¿El técnico de River no pensó en que la defensa de Boca está pasando una de las peores etapas en los últimos quince años, y que iba se les haría muy difícil encarar el partido ante hombres rápidos como Manuel Lanzini, Daniel Villalva y hasta el propio Gabriel Funes Mori, que ingresó, pero en lugar del mejor jugador del partido que fue Rodrigo Mora?

Matías Almeyda y su cuerpo técnico seguirán teniendo el consenso de los dirigentes de River Plate, sobre todo de Daniel Passarella hasta el final de su mandato. Eso está más que claro, se le desea lo mejor por supuesto, porque si les va bien a ellos, le va bien a River. Pero, para que le vaya bien a River, hay que pegar el grito en el cielo, hay que jugar con el cuchillo entre los dientes y pedir por los jugadores capaces de lograr un triunfo tan importante como el que hubiese significado ayer. Laterales como Diego Martínez y Luciano Abecasis, el rosarino hubiese sido un arma fundamental para quebrar la pésima defensa de Boca, que jamás se vio sorprendida por alguna de estas herramientas. Es cierto, no garantizaban el triunfo y quizá el visitante se llevaba el empate, pero la ofensiva e imágen de River, hubiese sido otra. 

El ciclo de Matías Almeyda en River -no es un deseo, es una presunción- está terminado. Se le desea lo mejor porque River necesita sumar puntos en los próximos siete partidos restantes del Torneo Inicial y debe iniciarse rápido la recuperación para no pensar en la tabla de posiciones que no queremos mirar, pero las realidades son más que ciertas. Se necesitan ideas, gente idonea y que, tanto egos como intereses personales queden de lado de manera urgente, y si Matías Almeyda -del cual le estoy muy agradecido por todo lo que hizo en este glorioso club que alegra mi corazón más allá de cualquier resultado y lo llevó de nuevo al lugar que se merece y que nunca debió haber dejado, que es la Primera División- Ya cumplió un ciclo, porque no es capaz de dar esos saltos necesarios que River, y su River necesitan. 

¿Qué decir de Daniel Passarella? Su ciclo se terminó el 26 de junio de 2011, cuando tristemente River empató 1 a 1 frente a Belgrano de Córdoba en el Monumental y el Millonario descendía a la segunda categoría del fútbol argentino. Continuó, siguió con sus mismos procesos de apartar a la gente que quería ayudarlo, siguió trayendo futbolistas de los cuales no llegaron por buenas actuaciones y/o cualidades futbolisticas y físicas, llegaron por la buena relación dirigencial con sus respectivos representantes, y eso, no es River. 

Para mi, el ciclo de Matías Almeyda como entrenador de River y de Daniel Passarella como máximo dirigente de la institución ya están terminados. Solamente se les desea lo mejor, de cara al final de sus procesos. 

Blanco, Roberto Adan
Periodista. Sección Polideportivo para www.pasionmonumenta.com y Producción en Pasión Monumental Radio, todos los sábados de 22.30 a 24 y domingos de 23 a 01 por Radio 9 -AM 950- y www.radio9am.com 
e-mail: robertoadan.blanco@gmail.com
Twitter: @roberadan



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