DESCONECTADOS

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Por la séptima fecha del Torneo Final 2013, River no supo como jugarle a Vélez y lo que en la previa parecía que sería uno de los grandes partidos de la fecha terminó en un opaco 0 a 0. El Millonario conjugó poco y encima se aleja de los puestos de vanguardia.

Se dice que un tropezón no es caída y es cierto. Pero, cuando ese tropezón comienza a ser reiterativo, la caída es inminente y este River ha demostrado caer en ello lamentablemente. Hoy River no perdió pero si sufrió un duro golpe de realidad y cuando hablo de River lo hago nucleando a todo lo que contiene de manera muy poderosa esas cinco letras gloriosas: Jugadores, cuerpo técnico y la gente -por una vez vamos a dejar de lado a los dirigentes porque nada tienen que ver en las decisiones que tome un entrenador para la preparación de un partido de fútbol que desde ya, estuvo errada y por eso estos jugadores se encuentran totalmente, desconectados. 

Son muchas las preguntas que surgen a raíz de un resultado que es tan normal y proporcionalmente incómodo. Definitivamente, porque River hoy jugó de visitante ante su propia gente, sacrificó sus principios ofensivos, esos que tan bien le estaban haciendo a los hinchas Millonarios y que es evidente que estaban rindiendo sus frutos porque el equipo de Ramón Díaz se encuentra a tan solo dos unidades de Lanús -hasta que este juegue el clásico ante Quilmes, el lunes por la tarde como local- y se volvía a hablar de River en estas ubicaciones luego de mucho tiempo. Ahora bien, ¿por qué hacer esto ante un rival que si bien es el mejor equipo de la Argentina, llegaba a Núñez con el claro objetivo de atacar y realizar la mayor tenencia de la pelota posible y hacer un buen uso de ella?; ¿por qué se coloca a Juan Manuel Iturbe en la cancha y este solo puede verse limitado a envíarle centros justo a Carlos Luna que había ingresado por Trezeguet? Por último, ¿por qué Rodrigo Mora juega tan atrás, siendo el jugador con más oficio en ataque de este equipo?. En fin, dudas se desataron a montones. 

Finalizó el partido y noté a la gente de River atónita. No podía entender como River, teniendo todos los recursos necesarios para hacer de ese partido un gran espectaculo y porque no, ganarle al elenco dirigido por Ricardo Gareca luego de tres años, termina jugando con dos líneas de cuatro que solamente sirvieron para tapar las enormes carencias defensivas que partido a partido se desnudan cada vez más. 

Durante la semana, Ramón Díaz había ensayado un equipo con Leonel Vangioni para realizar una línea defensiva con cuatro jugadores. Finalmente dejó al rosarino en su posición habitual y convocó a Diego Martínez para cumplir con esa función pero las cosas no cambiaron demasiado más allá del aceptable partido del chico surgido de la cantera Millonaria. Para colmo de males, River es una enfermería y una vez más volvió a sufrir el averío de un jugador: Gabriel Mercado, a quien se le realizarán estudios durante la semana. Semana en la cual se deberá preparar con mucho criterio lo que será el clásico ante Racing en el Estadio Juan Domingo Perón. La fiebre amarilla no se hizo esperar y tanto Leonardo Ponzio (pieza más que clave) y Jonathan Bottinelli no podrán jugar el clásico más añejo de nuestro país el próximo domingo. 

Blanco, Roberto Adan
Periodista- Blogger
e-mail: robertoadan.blanco@gmail.com
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